domingo, 30 de octubre de 2011

Las amenazas al estado de Bienestar

Estos días duros para la economía mundial se escucha mucho el run-run del fin del estado de bienestar, para comprender de qué va esto lo primero que tendríamos que estudiar es qué es el Estado de Bienestar.

sábado, 29 de octubre de 2011

"Páganos páganos o te damos unas hostias" (los grandes éxitos de Juan López)

Después de dos meses rascándome la barriga y dejando el cotarro en manos ociosas vuelvo al blog con una efemérides brutal, de esas que tanto me gustan. Hace muchos, muchos años, por allá por principios de los 90, cuando yo ni a la pubertad había llegado, apareció como por arte de magia en nuestra casa un objeto un tanto peculiar. Se trataba de un cassette grabado (que sonaba a copia de la copia de la copia de la copia) que nos influiría de manera decisiva como los seres humanos que somos ahora y quizás, vaya usted a saber, es uno de los motivos por los que seres como nosotros escriben un blog.

"Páganos páganos o te damos unas hostias" era un recopilatorio de putadas telefónicas que unos cabroncetes de algún lugar de Euskadi (presumiblemente Vitoria, aunque esto no está claro) grabaron utilizando para la mayoría de las bromas el pseudónimo Juan López (sí, como el mítico delantero español del EA FIFA, compañero de selección de Roberto Idas) tirando de páginas amarillas y puede que de algún anuario, porque en muchos casos la información que proporcionaban acojonaría a la CIA y a Facebook juntos.

Aquel era un trabajo profesional como pocos. Por tener tenía hasta risas enlatadas en los momentos épicos de las coñas y entre llamada y llamada sonaba a modo de intro el éxito ochentero "Street Dance". Había llamadas de todos los gustos. La primera era la clásica de telefonear repetidamente a un paisano preguntando lo mismo una y otra vez (¿está Juan Bautista?) para terminar por sacarle de sus casillas (¿Está San Lucar de Barrameda?). Luego estaban las míticas de "su hijo me ha roto la vidriera / me ha potado en la barra de mi bar y exijo daños y perjuicios", a cada cual más enrevesada ("Tengo a mi cargo a varios profesores de artes marciales y podemos raptarle a su hijo como en el caso de la pequeña Melody").

Por doquier podían degustarse perlas de ingenio y sobre todo de mala hostia que tanto los bromistas como las "víctimas" soltaban sin edulcorante ni remordimiento alguno. Entre mis preferidas (y que tanto yo como mi hermano utilizando en nuestro lenguaje cotidiano, para que vean ustedes hasta que punto nos marcó) están:
- "Mira chavalín, te mereces dos hostias como Dios pianos"
- "¿Está Juan Bautista? El que convierte los crispis en bollycaos"
- "Oye no seas gilipollas, tonto del culo, bobo y taradito mental"
- "¡Que no quiere pagar hijoputa!"
- "Anda calla, calla, baboso"
- "Mi hijo toca la fanfarre en el colegio" - "Su hijo a mi me toca la polla"
- "¡Oye páganos, páganos o te damos unas hostias!" (con marcado acento vasco)

El caso es que mientras escuchaba al gran Doctor Tangalanga (genio argentino de las bromas telefónicas al que prometo dedicar un post en el futuro) pensé "¿Y si por un casual alguien más recuerda la susodicha cinta?". Y así, sin venir a cuento, me puse a googlear las frases anteriormente citadas hasta que llegué aquí (pinche el enlace). ¡Esto es lo grande de internet! No sólo sirve para mirar guarradas, también nos demuestra que no estamos solos en el inmenso universo y hay otros seres vivos con las mismas inquietudes.

Un alma caritativa subió un enlace con todas las llamadas y yo por supuesto me lo bajé y me puse a escucharlo mientras curraba en la oficina (con las consecuentes lágrimas de risa y los compañeros guiris mirandome en plan "qué se ha fumado este"). A modo de homenaje he colgado mis preferidas en YouTube para deleite de vosotros, nuestros fans.

Juan Bautista
Juguetería "Juegos"
Garage "El Pedal"
50 Botellas de Champagne
El Ciclomotor
Enlace

jueves, 13 de octubre de 2011

Un viaje perfecto (y III)

Como lo había dejado a medias y ahora tengo algo de tiempo, me toca relatar el resto de vacancias.

Lo habíamos dejado en Niza, una ciudad sin demasiados alicientes, con un paseo marítimo bonito pero sin más, allí nos dimos una vueltecita y rápidamente volvimos a Mónaco.