viernes, 1 de abril de 2011

No soy gallego.

No lo soy, o eso creo, recuerdo cuando en mis años mozos iba a Madrid de vacaciones y mi familia de allí tenía a bien reirse de mi acento, no de una manera hiriente, simplemente les resultaba tierno, y más les enternecía el hecho de que con cara contrariada les soltara eso de "eh, yo no soy gallego que nací en Madrid".

He estudiado obligado en el colegio la asignatura de gallego, me he examinado, la he aprobado y nunca lo he usado, quizás por cabezonería, quizás porque no me encuentro a gusto usándolo, eso si, nunca he puesto trabas a que mis compañeros o amigos lo usen conmigo, eso en realidad es lo que yo entiendo como bilingüe, que dos personas se puedan entender empleando lenguas distintas.

El hecho es que nunca me he considerado gallego, no por mal, no por nada, simplemente porque desde pequeño sentí que no era de Galicia, mis amigos iban a la aldea en vacaciones, y no sabía que era eso de la aldea, y con pocos años pregunté en clase que era eso, y me contestó mi profe Bea que la aldea era el sitio al que ibas y donde estaba tu familia, entonces ni corto ni perezoso le dije que entonces sí tenía aldea, era Madrid.

Playa de O Rostro, si esto no es algo parecido al paraíso no se que puede serlo

Últimamente están habiendo ataques a lo relacionado con el gallego, no hablamos del idioma solamente, hablamos de la actitud de emplear la palabra gallego como algo despectivo, como sinónimo de persona desconfiada, de persona indecisa, de persona como dice Ónega: "retranqueiro, irónico, retraído, indefinido, sosegado, morriñento, centrista, reservado, ambivalente"
y que personalmente me jode, la grandísima mayoría de mis amigos son gallegos, por no decir todos, mi novia es gallega, mi hermano es gallego y si me pongo a pensar ni una sola de las personas que me rodean se pueden marcar con los adjetivos que se tildan al gallego.

Y cuando digo ninguna es ninguna, cada persona es un mundo, y en un momento determinado te puedes mostrar gallego, o catalán o vasco, si es que cualquiera de esas denominaciones definen ser algo.

Estrella Galicia y Deportivo de La Coruña...¿Se puede pedir más?

Los prejuicios aburren, ser gallego no es llevar un uniforme o un velo o profesar una religión, a lo mejor alguno de los iluminados como Aznar o Rosa Díez pueden pensar que una persona gallega tiene falta de decisión, pero lo que no han pensado es que un gallego reflexiona, piensa, medita, estudia y finalmente realiza una acción, y eso pese a ralentizar los pasos puede hacer que éstos sean más firmes, pero lo fácil es tirar por tierra todo y tirar para delante...pues no funciona a tenor de la situación actual.

Y esto no es un post en defensa de Rajoy, ni muchísimo menos, es un post en defensa de mis amigos, de mi familia, y de mi gente.

Porque al final si que voy a ser gallego. A mucha honra.

2 comentarios:

  1. Ja, ja, ja... Tienes la cabeza hecha un lio Xeilord... ¿qué te parece la definición de "ciudadano del mundo"?. En cualquier caso, se debe huir de los prejuicios. Cada uno es cada uno. Sea gallego, madrileño o mozambiqueño... ¿no crees?

    Un abrazo

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  2. Ya te digo, menudo cacao que tienes hermanito. Yo creo que irremediablemente uno se suele impregnar de los lugares en los que habita y de la gente con la que coexiste. Sobre todo los que pasas en la infancia y en la adolescencia, que son los que marcan más qué clase de persona serás el resto de tu vida.

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