viernes, 23 de septiembre de 2011

Un viaje perfecto (I)

El día 31 de agosto nos embarcamos en una pequeña aventura, algo no muy premeditado. Todo comenzó con un relato de un compañero de trabajo y acabó con unos billetes a Milán.

Salimos desde Santiago en vuelo directo con Ryanair que esta vez si se esmeraron un poco y pude entrar más o menos bien en los asientos. En el vuelo siempre me toca tener alguna anécdota y viajamos con un italiano muy simpático que nos fue comentando cosas de Milán, remarcando sobre todo el Castillo Sforzesco, il Duomo y sobre todas las cosas el lago Como. Pasaron las tres horitas escasas de vuelo y nos vimos en Milán, tras una visita previa a un calabrés que es casi como un hermano dormimos allí.

Al día siguiente, como íbamos en plan ahorrador, llevamos dos mochilas, una cada uno, y que fueron nuestras compañeras a lo largo de todo ese día por Milán mientras daban las 7 para recoger nuestro coche de alquiler en el aeropuerto.

Milán es una ciudad europea más, con un barrio precioso, el de Brera, y algunos grandes edificios y monumentos. Entre ellos, los ya mencionados anteriormente , la catedral "Il Duomo" y el Castillo Sforzesco, éste último me decepcionó un poco creo que en España los tenemos bastante mejores.


Paseando por la Vía Dante llegamos a Il Duomo que es impresionante, una catedral gótica de esas de cuento, con toda clase de adornos, de detalles y toda la plaza que la rodea es un mero espacio para apreciar su grandeza.

Pero volvamos al mejor barrio de Milán, el de Brera, un barrio que a la postre nos serviría para definir lo que es realmente Italia, fue como un pequeño preámbulo a lo que serían Génova, Pisa, Portofino etc...

Y a eso de las 7 tiramos para el aeropuerto, donde nos esperaba una Fiat Dobló, que fue rápidamente sustituida por un Fiat 500, al que le dedicaré pronto un post, y salimos con destino a Génova.

Cuando vas por las carreteras italianas te das cuenta de que todo vale, y sin embargo hay un código implícito. Hay unas reglas fuera de las reglas, y si te las aprendes, eres capaz de hasta disfrutar de conducir. Los italianos conduciendo son anárquicos, pero muy educados, da igual la que líes, da igual lo que hagas o te hagan, NADIE pita, y eso es muy de agradecer.

Llegamos a Génova de noche, y la verdad es que la primera impresión al ver la carretera y el puerto es..."menuda mierda". Pero claro , se hace de día y Génova aparece como lo que es, una de las ciudades más bonitas que se puedan ver en el mundo, con una grandeza oculta pero presente en cada esquina de la ciudad. Tiene alguno de los rincones más bonitos ya no sólo en Italia, sino en el mundo entero, y para muestra un botón.

Alguno pensará, bah, eso no nos dice nada... bueno, pues para esos yo les pongo esto sobre la mesa


Génova merece la pena, a mi me dejó un sabor de boca casi inmejorable pero el día no terminó ahí, nos esperaban 5 horas para recorrer 150 km... todo por la costa, destino Niza pero eso ya es otra historia...

1 comentario:

  1. No te pasa a tí Xeilord, que las fotos no representan lo que estas viendo ??... No conozco aun Italia, pero espero algun dia escaparme por allí.

    Un abrazo amiguete.

    ResponderEliminar