Camino Niza, ahí lo habíamos dejado, en esas interminables 5 horas de magnificencia automovilística, pasando por bellos lugares como Alassio, creo que si tuviera que elegir un sitio en particular de esta ruta sería Alassio.
Alassio es el típico lugar de costa mediterránea que permanece aún ligéramente intacto, bueno Alassio y por qué no Menton, también pasamos por San Remo, pero no me dijo nada.
Menton es la frontera francesa con Italia y es precioso, una gran escalera de casas de colores te dan la bienvenida a una de las partes más selectas del mundo, la Costa Azul.
Mentón en toda su magnificencia, cientos de casitas de colores a lo largo de la colina, es como Altea pero a lo bestia y manteniendo casi por completo la esencia.
Pero después de Mentón, viene Mónaco, y eso es harina de otro costal
Mónaco es la típica ciudad del Mediterráneo que se han cargado, y lo digo así, Mónaco es una verdadera mierda a nivel estético, los edificios no tienen nada que envidiarle a Benidorm, esas inmensas colmenas de apartamentos con sus toldos son la viva estampa de nuestra Comunidad Valenciana, sin embargo tiene sus alicientes, ya sólo con escuchar el rugido de los Ferrari, de los Lamborghini o de cualquier bicho de esos que te encuentras en sus calles tienes una ligera sonrisa, es como ver un capítulo de Top Gear pero en directo.
Y realmente la zona del Casino es para verla, porque aunque desearías matarlos a todos por la ostentación, mola.
Pero no se vayan todavía, aún quedan kilómetros de viaje por narrar, en desde Niza a Pisa con Amor.
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