sábado, 23 de noviembre de 2013

La ciudad no es para mi 2, Two fast and two Furious

La formación continúa en La Capital, y aunque no ha vuelto a suceder ningún periplo extraño en el transporte público, salvo los buseros Fast and Furious de la ciudad que son incluso capaces de darles luces a las motos y adelantar coches por la derecha o la izquierda, se respira una atmósfera rancia en la ciudad, y que conste que no tiene que ver con cierta huelga de basuras ni nada por el estilo.


Ir en el bus o en el metro o en cualquier transporte público, cosa que no hacía con asiduidad desde tiempos de la Universidad allí en Provincias, es un ejercicio de intentar buscar a alguien que simplemente mire por la ventana sin estar leyendo un libro en papel o e-book o con el móvil.


La comunicación entre la gente que viaja en el autobús es cero, salvo una chica que se llama Eva, que por lo visto estudia algo de doblar sábanas en hoteles, y que está pillada por un chico que se llama Rafa pero que no acaban de dar el paso porque lo intentaron hace tiempo y por lo visto no salió bien.

No es esta Eva, pero me apetecía ponerla aquí

Me llamaréis cotilla, pero es que no había otra cosa que hacer, cuando los cristales se empañan es imposible ver nada fuera, y salvo escuchar a la dicharachera Eva, que unos días se pelea con una compañera y cuenta la acción al día siguiente y otros simplemente habla de su Rafa, no hay nada que hacer esa media hora. Con ella va una pequeña pelirroja de tinte, en plan Robin de Batman o Rayito de Súper, que sólo asiente y da la razón, "es que se pasa tiaaa", "ya le vale tiaaa", "tienes razón tiaaa" y entre tías, Rafas y demás se me pasaban los minutos.

Tampoco es Ellen Page, pero vale para generar una imagen en vuestra cabeza

Pero algo me inquieta, los últimos días la pelirroja y Eva han cogido otro bus, que va por el mismo trayecto que este pero que después se desvía, como ya he podido comprobar, dicho bus las deja en su parada igualmente y esto implica que regresa la monotonía, así que he recurrido a mi Ipod touch y a la lista de Metal, pero eso me da miedo porque me está convirtiendo en otro ente gris como los que mencionaba al principio, tan sólo tiene algo divertido, y que no me pasaba desde mis tiempos de melena, debo de poner una mirada bastante agresiva cuando escucho a Fear Factory o a Rob Zombie porque he notado que los pocos que de vez en cuando levantan la vista de su puñetero móvil o libro rehúsan las miradas e incluso cuando tengo la suerte de ir sentado nadie quiere sentarse a mi lado.

El bus por las mañanas, algo así pero menos altos y menos rubios

Así que día tras día esa mirada animosa que traía se va diluyendo en el desánimo generalizado de la gente de La Capital, que por no tener, no tiene ni un momento para tomarse un café un jueves porque llegar a cualquier sitio es una hora y saliendo de trabajar a las 7 es llegar a casa a las 11.

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