jueves, 11 de febrero de 2010

El Lancia Y-10

Todo el mundo recuerda con cariño su primer coche, yo en realidad aún no he tenido primer coche* porque soy un estudiante de mierda, con todo el significado de la palabra, y no he podido comprarme de momento ninguno.

Sin embargo recuerdo con gran cariño al grandioso Lancia Y-10 de mi madre, en realidad era un Autobianchi, el modelo era el Y-10 FIRE, desde luego eso de fire se lo tenía bien ganado sobre todo al final de sus días cuando por problemas eléctricos el electroventilador se desconectaba y te dejaba tirado en cualquier plaza, como por ejemplo la Plaza de Cuatro Caminos a las 5 de la tarde de cualquier día de la semana, con la consiguiente sorna del resto de conductores y sus fantásticos gritos.

El Lancia Y-10 tenía muchas cosas buenas, era un coche versatil tan pronto era una furgoneta, con los asientos abatidos y capaz de llevar a 9 personas dentro después de una fiesta, como era una habitación de un motel ambulante con el que hacer tus cositas de fin de semana, posteriormente los de renault inventaron el twingo que se convertía en cama pero los primeros fueron los italianos, que siempre ven la razón para todas las cosas, los asientos del Lancia eran los más cómodos para la posición de tumbados ya que eran completamente planos y con sólo pulsar un botón se bajaban o subían rápidamente merced a un grandioso muelle, ningún coche ha sido tan pensado para hacer a la juventud feliz como era ese.

Además consumía como un mechero y tenía toda clase de chuminadas como elevalunas eléctricos delante y detrás, así como un pequeño ordenador que te informaba de qué se estropeaba, aunque esto no estaba muy logrado y era él mismo el que se jodía cada dos por tres.

Una de las anecdotas más graciosas que me sucedieron con ese coche fue el día que se me ocurrió meterlo en mitad de mi finca para ver la luna desde él, en donde yo vivo llueve y lo más normal es que el cesped esté mojado, y el Lancia ,aunque no es un coche pesado, cuando lo pones sobre barro se hunde, y claro si dentro de él están "intentando compactar el terreno" a base de golpes, las ruedas se hunden aún más, el "chou" fue intentar sacar el vehículo y sobre todo ver al día siguiente los surcos de las ruedas en el bonito cesped de tu padre y las consiguientes explicaciones.

Algunos nostálgicos lo echamos de menos, sobre todo a su consumo y su tamaño, riete del smart** ese, pero tenemos ejemplares cerca*** como la niña de Jotace con sus 15 añazos y que sigue casi como el primer día, sin funcionarle los elevalunas, el limpia no limpia por el centro y esas cosas que tan sólo hacen los que están en la edad del pavo.

En fin, algún día os hablaré de la otra másquina, el grandioso Fiat seicento LX que alquilamos en Tenerife y que alcanzaba los 120 sin despeinarse.

*Esto ya no es así :D
** Recientemente Xeilord ha reconocido en privado que quiere un Smart
*** La "niña" de Jotacé pasó a mejor vida ese mismo año
**** Previously Released 20/08/08

3 comentarios:

  1. Momento mágico...pero falta un tercer ascerisco, el de JC ya murió, se ha transformado en un Ford Focus II

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  2. El Smart es, bajo mi punto de vista, el coche del futuro. Coches pequeños para desplazamientos por ciudad y trenes para el desplazamiento entre ciudades. Así debería ser.

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  3. Bueno, yo me oriento más a la idea de un biplaza deportivo como el que sacaron los de Smart hace unos años pero no triunfó por su precio. También me gusta la idea del Toyota Iq porque permite ir a 4 personas y doy fe de que es así, y en un trayecto corto, ¿quién no ha ido apretado en un coche?

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