viernes, 10 de junio de 2011

Canción de Espanish Revoluxion (I): Juego de Acampadas



Habíamos escrito el Prólogo nuestra Crónica de la Espanish Revolution situándolo en la noche del 16M, cuando los cientos de acampados que, siguiendo la estela de los 40 de Sol, se ponen a hacer ruido a lo largo del país. El fenómeno comienza a propagarse por internet (con especial peso en Facebook y Twitter) pero la clave es la cobertura que dan los medios internacionales, que refuerzan la voluntad de los participantes y aumentan el interés de los escépticos.

Capítulo 1: Juego de Acampadas

Los manifestantes y los acampados (hago esta distinción porque a la postre será clave) son una multitud heterogénea de ciudadanos que, de manera cívica y pacífica, desea mandar un mensaje de descontento (hastío, incluso) por el sistema político actual. Eso y no otra cosa es el Movimiento 15M de los "indignados". Y así deberá ser recordado.


Podría decirse que desde el 17 al 20 de Mayo las acampadas viven su época dorada y, tal es la capacidad de atracción de las mismas, que se suceden por todas partes de la Península: Bilbao, Coruña, Valencia, Granada, Sevilla, ... y de ahí a poblaciones más pequeñas. Además, el hecho de que día tras día estas reivindicaciones se produzcan sin ningún sobresalto se convierte en un motivo de orgullo nacional para gran parte de la población (concretamente, la mitad) y en una hoja de ruta para otras sociedades. Surge el concepto "manifestarse a la española", que algunos países de Europa, como Francia, Italia o Grecia, importan a su manera. Este último, Grecia, será muy importante, como se verá más adelante, a la hora de reflotar el movimiento.

Es tal la atención mediática que genera el movimiento fuera que los medios de des-información españoles se ven obligados a claudicar. Con las elecciones municipales a tiro de piedra, (unas elecciones que sólo tenían importancia para ellos y para los políticos) dedican sus portadas a las acampadas, dando su particular visión de los hechos, cada uno enfocado en fortalecer a la "mano que alimenta". Por un lado, los medios afines a la "izquierda socialdemócrata" (me refiero principalmente a El País) tratan de convencer a los "indignados" de que manifestarse es muy bonito y muy progre, pero toca volver a casa y votar con cerebro, que no está la cosa para gilipolleces y los de la derecha no votan, fichan.

Por su parte el resto de medios, o sea, los de derechas, optan por el despiporre y la conspiranoia: en tan sólo unos días los indignados pasan de ser unos frikis, ni-nis borrachos y perroflautas a convertirse en artífices/víctimas de un complot leninista-maoísta-bolchevique con la firme intención de detener la imparable carrera del popular (a los resultados me remito) Don Mariano Rajoy hacia la Moncloa. Complot ideado y dirigido, como no podía ser de otra forma, por Alfredo Rubalcaba, el único sociata al que la derecha medíatica presupone las cuotas mínimas de cerebro para hacer el mal.

Por la boca muere el pez

Con este panorama alentador entramos al 21 de Mayo y se produce la primera gran crisis en el 15M. Alguien anuncia en twitter que "@AcampadaSol acaba de morir de éxito" y yo, tirado en mi sofá, con el mando a distancia en una mano y el móvil SonyEricsson en la otra, me temía lo peor. Ese día se difunde un comunicado de la plataforma Democracia Real Ya, que llevaba días siendo una especie de portavoz "oficial" (o, al menos, uno con peso) de las acampadas. En dicho comunicado, junto a propuestas sensatas y unificadoras que podría firmar el amplio espectro de nuestra sociedad, pueden leerse verdaderas idas de olla happy-flower-power que no hacen sino generar desentendimiento, incomprensión y deserciones. Por si esto no fuera suficiente, decenas de interesados se dejan ver por las acampadas con la única intención de sacar tajada de las mismas y de paso enmierdar un poco, dándole motivos a los más críticos para atacarlas desde sus tronos morales.

La situación muta como el tiempo en Dublín, de soleado y cálido a lluvioso, oscuro y frío en cosa de 10 minutos; y a los que ya se flipaban con que esto podía ser una manifa mundial del copón ("que esta vez sí, que esta es la buena") y salían a la calle buscando la luz de Sol (nótese ahí el hábil juego de palabras con el nombre de la acampada) les toca quedarse en la puerta, con el bañaca puesto y la cara de gilipollas, viendo la lluvia caer como cubos de agua sobre sus ingenuas cabecitas.

Sólo fue necesario un día para tirar el esfuerzo de varios meses y este castillo de naipes casi-improvisado de las acampadas parecía avocado a quedarse en la enénima protesta que termina en papel mojado. Pero no ha sido así y este el motivo por el cual escribo esta crónica. Os preguntaréis ¿Cómo esquivaron los organizadores de este joven movimiento estos obstáculos? Básicamente dejándose llevar. Como vacas yendo inevitablemente al matadero que ellos mismos habían creado sin necesidad alguna mientras el resto, cuales Mourinhos tras ser robados por UNICEF y Villar, se preguntan desesperados "¿por qué?". Vamos, que ni puta idea de cómo reflotar el asunto tenían los chavales. Sin embargo la suerte (si es que a que te parten la cara se puede llamar suerte) se pondrá de su parte pero eso lo contaremos otro día...

(continuará)

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