Mi particular Liga de Champiñones

Desde esta mañana me recorre por el cuerpo un temblequeo de lo más futbolero, como ese que se te aparece cuando tu equipo del alma (llámese Deportivo de la Coruña, Selección Española o cualquiera por el que hayas puesto más de 10€ en una apuesta) está a punto de disputar un partido crucial.

Os preguntaréis a qué viene esa pasión por el balón si estamos en Pretemporada y todo el pescado lleva semanas vendido en La Liga. Ya os adelanto que no se trata de "La Rojita" y su gran papel en el Europeo. Ahora que con la Absoluta hemos ganado Eurocopa y Mundial debo reconocer que lo que hagan en las categorías "sub" me interesa cada vez menos. Entonces, ¿por qué estoy así?

El motivo es que mañana debuto en la pista con los compañeros de trabajo y sé que no va a ser una pachanga cualquiera. Todo el mundo está muy expectante por verme jugar desde que, con más humor que otra cosa, les expliqué a mi jefe y a otros que mi estilo de juego era parecido al de Xavi Hernández, mediocampista estrella que ha definido con su calidad el brillante juego del Barcelona y de la Selección Española.

Lo que traté de explicarles es que mi concepto de juego es similar al de este futbolista y al del tiki-taka en general. Es decir: pase, pase, pase, pelota, pelota, pelota. LLámenme vago pero cuando juego quiero que corra el balón, no yo. Para mi desgracia, con esto del idioma muchas veces hay equívocos y lo que la gente piensa es que equiparo mi calidad a la de Xavi (y para más inri, me llamo igual que él, con lo cual las coñas están servidas).

"Queremos ver a un campeón del Mundo entre nosotros" me dicen los Irish con cierta sorna. También me comentan que pocos españoles juegan con ellos porque "no aguantan el ritmo". Hay que tener en cuenta que los irlandeses juegan un fútbol mucho más físico. La falta de calidad que la mayoría tienen la suplen a base de correr y sobre todo repartir estopa (el rugby es su deporte nacional).

Hoy David, el tipo que organiza las pachangas, me pidió mi correo electrónico para unirme a la lista de jugadores. David es un puto gigante, alto y gordo como un elefante. Esto debería tranquilizarme pero yo ya me he montado mi película y me lo imagino como el Teo Sellers, de Oliver y Benji, ocupando toda la portería y parándolo todo sin moverse. Mi jefe es tambíen alto pero es espigado y hace bastante deporte. Me comenta que juega normalmente de defensa. ¿Me tocará enfrentarme a él?

He guardado ya mis cosas en la mochila de deporte y llevo toda la tarde recreando jugadas en mi cabeza. Regate por aquí, pase al hueco por allá. Puede parecer una chorrada pero una de las cosas que más ilusión me hacía de moverme de la nueva empresa era el que tenían gimnasio y hacían pachangas semanales de fútbol y otros deportes. ¡El cuerpo me pedía algo de acción! Lo que más me preocupa es cómo estaré físicamente después de tantos meses sin jugar (llevo desde Septiembre del año pasado sin rascar bola). Aun así, estoy convencido de que mañana estará muy bien y que poco a poco recuperaré mi nivel.

Y recordad: El balón es tu amigo